Los productos derivados son instrumentos financieros cuyo valor deriva de la evolución de los precios de otro activo, denominado “activo subyacente”.

El activo subyacente puede ser muy variado: una acción, una cesta de acciones, un valor de renta fija, una divisa, materias primas, tipos de interés…

Básicamente, un derivado es una contratación a plazo en la que se establecen todos los detalles en el momento del acuerdo, mientras que el intercambio efectivo se produce en un momento futuro.

Son productos sujetos al efecto apalancamiento, ya que la inversión inicial necesaria es reducida en comparación con la exposición al subyacente que se obtiene, por lo que los resultados pueden multiplicarse, tanto en sentido positivo como negativo, en relación con el efectivo desembolsado. Por lo tanto, son productos de riesgo elevado.

En otras palabras…

Imaginemos que vamos a comprar al supermercado un kilo de naranjas. Lo normal es que el acuerdo y la transacción se realicen en el mismo momento, es decir, a la entrega del kilo de naranjas se paga el precio establecido.

Supongamos ahora que acordamos con el frutero que para la semana que viene me venda un kilo de naranjas al precio al que están hoy. Esto se podría entender como un derivado o contrato a plazo (hemos fijado los detalles del acuerdo, la cantidad y el precio en el momento actual, si bien el intercambio se hará en una fecha futura.

Por lo tanto, la variación del precio podrá jugar a nuestro favor si el precio del kilo de naranjas sube, o en contra si el kilo de naranjas baja de precio, beneficiándose el frutero del acuerdo realizado.

Los derivados se pueden negociar mercados organizados o no organizados.

En España, el mercado oficial de futuros y opciones financieras es MEFF, donde se negocian futuros y opciones sobre el Ibex 35 y sobre acciones individuales, además de determinados futuros sobre renta fija (Bono 10).

Al negociarse en un mercado organizado presentan las siguientes características:

  • Las condiciones de los contratos están estandarizadas. Por lo tanto, el importe nominal, el activo subyacente y la fecha de vencimiento están predeterminadas y el inversor no las puede modificar.
  • El contrato se puede comprar o vender en cualquier momento de la sesión de negociación, sin necesidad de esperar a la fecha de vencimiento.
  • La negociación tiene que hacerse a través de un intermediario autorizado que sea miembro del mercado MEFF.
  • En algunos casos (futuros y venta de opciones) hay que realizar un depósito de garantías para asegurar el cumplimiento de las obligaciones de pago.

Principalmente podemos encontrar los siguientes tipos de productos derivados:

Para obtener más información sobre productos derivados:

Puede consultar la Guía:"Qué debe saber de Opciones y Futuros"